martes, 28 de enero de 2020

DÉJAME














Deja que en tu mirada me sumerja y que mi océano se funda en la inmensidad de tus aguas.

 Deja que abrace las cicatrices que hacen sangrar tu alma.

Deja que sea bálsamo para tus  heridas de tiempo y de nostalgias.

Deja que mis ojos sean la luz que de la ceguera te despierte,

el sol que disipe tus dudas y tus tinieblas disperse.

Deja que mis caricias recorran tu universo antes de que mis días languidezcan

 y las nieves del invierno de escarcha cubran mi cuerpo.

Deja que sea parte de tu latido antes de que mi corazón se detenga. 

Deja que mi noche con la tuya confluya.

 Deja que tu cuerpo con el mío cubra.

 Deja que sea manto y abrigo, confort y refugio en el que guarecerte del frío.

 Deja que sea la llama ardiente que deshaga el hielo que congela tu mirada.

Deja que te sienta y tu sentir se expanda en mis adentros, 

que seamos un solo pensamiento, 

dos cuerpos unidos en una misma alma. 

Deja que sea el viento que impulse tus alas y puedas emprender el vuelo libremente. 

Deja que mis besos sean los que despierten tus mañanas, 

que sea la luz que guíe tu camino cuando en la noche perpetua te adentres

 y no encuentres la entrada a tu morada. 

Deja que el ahora no se extinga,

 que el nunca sea una palabra proscrita y el siempre sea hoy perpetuamente, 

que el tiempo se congele en ese instante único en que las almas se fundan en un eterno abrazo. 

Deja que sea hoguera y fuego en la que ardan juntos nuestros deseos,

 deja que sea el faro que ilumine tu laberinto de incertidumbres.

Deja que en tus labios dibuje una sonrisa verde esperanza.

 Deja que sea la llama de amor perpetuo que inunde tu alma.

 Deja que la noche juntos nos sorprenda, 

que la madrugada nos acaricie y nos envuelva en un abrazo de eternidades. 










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martes, 21 de enero de 2020

SE ABRIRÁN LAS PUERTAS
















Te detuviste a la entrada de mi santuario, sellaste con tu huella la puerta de acceso a mi morada que permaneció cubierta de tiempo y olor a moho de recuerdos arcanos.

Se abrirán las puertas que llevan al retorno en el justo momento en que los conflictos cedan y la paz en el interior se establezca enarbolando el mensaje de anhelado amor en su estandarte. Cuando nuestros mundos coincidan y venzan los miedos, derribando los muros que separan y mantienen errantes a nuestras almas.

Cuando las brumas de la noche se dispersen y la luz se muestre en los corazones se abrirá la compuerta que deje fluir los sentimientos y las emociones y los elementos discordantes se dispondrán a abandonar el submundo de sombras en que las almas pernoctan solitarias, en silencio amando, buscando el camino que las conduzca al destino marcado.

Se hará la luz en el laberinto abriendo los caminos en que traspasar juntos el portal de vuelta. Transitamos sin darnos cuenta, cruzándonos una y otra vez en muchas vidas, nos encontramos envueltos en distancias y añoranzas, rozándose los alientos, coincidiendo los cuerpos sin colisionar nuestras almas.

Se repite la historia y nada se detiene, deambulamos de frente, buscándose nuestras sombras por entre los rincones de reencuentros con la mirada perdida en la memoria, escudriñando en el olvido los vestigios de tiempo en que permanecen ocultos los recuerdos.

Solo cuenta el instante que dura una eternidad en las miradas que coexisten al mismo tiempo, sabiéndose amando, amándose sin verse, coincidiendo en los tiempos, alejándose para volver a reencontrarse. 








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domingo, 19 de enero de 2020

REPOSAN SOBRE LA ALMOHADA






 




Se acumularon las fuerzas con el reposo del guerrero que depuso las armas, el armisticio se pactó en serena calma, no hay batallas que librar, su mundo se mantiene a salvo, la noche evaporó las iras, se despejaron los cielos en el súbito crepitar del fuego en que todos los tormentos ardieron por completo, la mente quedó relegada a un segundo término, su gobierno quedó obsoleto y liberado su reino.
Reposan sobre la almohada los múltiples colores de un nuevo arco iris de esperanzadora realidad, quedó hilvanado en el tejido oscuro lo acontecido sin asombrarse la luna al contemplar que su luz quedaba amortiguada por el impactante espectáculo crepuscular.

Marchitos quedaron los aromas que despedían fragancias de rencor, atrapados quedaron en las fauces del tiempo que engulló y vomitó cada uno de los demonios que tomaron formas indefinidas en su maldad.

Reposan sobre la almohada de noches en calma cuando la luz del nuevo sol acaricia el nuevo pensamiento y mostrando sus más hermosas cualidades le ofrece su confort. Reposa sobre la almohada el rostro de la soledad, soledad amiga y compañera en la que se descubrió en su nueva identidad.   









jueves, 16 de enero de 2020

HUELLAS















Hay huellas tan profundas que quedan por siempre en el alma grabadas.

Hay huellas tan cálidas que en el corazón su calor perdura 

y con el transcurrir del tiempo la temperatura se mantiene inalterable.  

Hay huellas tan significativas que son amor y origen, Universo y destino.

Hay huellas que marcan la diferencia entre lo auténtico y lo insignificante.

Hay huellas que  marcan un antes y un después del instante en que se paralizó el tiempo.

 Hay huellas que son eterna plenitud, destellos de luz que iluminan la memoria olvidada.

Hay huellas tatuadas en tinta escarlata, latidos del corazón,

 memoria en la piel, caricias para el alma,

 huellas invisibles a la mirada externa,

éxtasis de amor que alimenta el corazón desde la mirada enamorada.

 Hay huellas indestructibles por el tiempo y la distancia,

 marcas indelebles que en el tiempo permanecen inmutables.

Hay huellas que avivan sentimientos y despiertan nostalgias,

  tesoros sagrados, tangibles y latentes que el corazón guarda.

Hay huellas con fragancias especiales que únicas en su esencia las hacen,

 huellas que en la noche despiertan del letargo empapando sábanas de ausencia de tiempos, 

de sueños ardientes, de eterna presencia, de nuevas realidades.











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domingo, 5 de enero de 2020

TAN LEJOS Y TAN CERCA AL MISMO TIEMPO











Tan lejos y tan cerca al mismo tiempo, no existe distancia ni tiempo muerto que se interponga en el recuerdo cuando la quietud acaba con la tormenta. Tiempo que se evapora en el transcurrir de la nada acontecida en el silencio eterno que acompaña la llamada del fuego perpetuo que da aliento al alma.
Tan lejos y al mismo tiempo aquí, en mí, escuchando el latir desenfrenado de unos corazones que de su eco se retroalimentan, que a la misma sintonía se acoplan en una danza de melancolías y añoranzas. Sincronizados los pensamientos las memorias hablan, no están presentes las palabras, miradas que observan y se pierden por el mismo océano en que las emociones navegan surcando mares en calma.
Navegantes dirigidos en la misma dirección conducen sus embarcaciones por el laberíntico paisaje en el que la zozobra se detiene por momentos, mar  en el que se deposita la esperanza, mar calmo que facilita la navegación a quien pierde el rumbo y no encuentra el camino de regreso a su morada.
A salvo quedan las naves de un  nuevo naufragio, se distingue en la distancia y el tiempo la silueta de los espectros que se abrazan y se besan, humeantes y vaporosos reflejos emergen de las profundas aguas en que los amantes vuelven a la vida después de sucumbir a la muerte y perderse en nostálgicas realidades de las que sus cuerpos no se despojaron.
Tan lejos y tan cerca como el sol de la luna permanece, juntos en el firmamento, amándose en silencio, condenados a saberse tan cercanos y al mismo tiempo tan distantes, condenados a eclipsarse uno a otro y fundirse en una misma luz solo en momentos fugaces.
Tan lejos y tan cerca como la fugacidad de un eclipse nuestras almas permanecen esperando el instante en que fundirse puedan en un abrazo en el mágico momento que el olvido muere y la memoria emerge de las profundidades del tiempo y del espacio. 





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