lunes, 26 de abril de 2021

MIRADA AL FIRMAMENTO

 




 

No sabía encontrar una explicación coherente, no sabía el motivo por el cual su mirada siempre se alzó hacia el firmamento y por qué éste tenía aquel gran poder sobre ella. Nunca supo dar un razonamiento plausible sobre el motivo de aquella especie de fijación, de aquella fuerza magnética que la atraía poderosamente como si de un gigantesco imán se tratara y la arrastrara hacia sí, incluso iba más allá aquel poder de atracción y sabía que cada vez que hablaba de las voces que escuchaba la miraban de forma extraña y la tildaban de «pobre enajenada». En más de una ocasión había escuchado voces que provenían del espacio infinito, era un tenue susurro, casi imperceptible, tanto que no llegaba descifrar lo que decía el mensaje del suave murmullo que se filtraba a través del aire y que de repente se formaba en aquellos momentos en que permanecía extasiada.

Sí, cuando contaba esto, lo primero que le decían era que si estaba bajo los efectos del alcohol o de algún medicamento que le produjera alucinaciones auditivas…No, ella no tomaba ningún tipo de medicación, padecía de un mal de melancólica añoranza para la cual su única medicación era la contemplación del firmamento. Su grandeza, su inmensidad, la belleza de las estrellas poblando el cielo en las noches limpias y despejadas, la belleza de las puestas de sol, el color crepuscular, las formas tan increíbles que en múltiples ocasiones tomaban las nubes, esas bellas formas de terciopelo y algodón que se movían y danzaban para ella. Cuando era niña, recuerda que corría detrás de ellas queriendo alcanzarlas…

En más de una ocasión soñó que volaba en una gran nube y se paseaba por el Universo, que las estrellas le abrían camino con su luz para que pudiera navegar sin problema. Soñó y soñaba todavía que en su manto de luz de plata la luna la envolvía para evitar el frío de la madrugada. Soñó y soñaba que era hija del espacio, que su hogar era el Universo y quizá esa fuera la razón por la que la contemplación del firmamento la atrajera tanto. Pudiera ser que su mundo estuviera en otra constelación y las voces que oía fueran la llamada del Universo indicando el camino a casa. Quizá por esa razón su triste melancolía desaparecía cuando alzaba su mirada al firmamento y escuchaba la llamada que tanto anhelaba sin que fuera consciente de ello.  



Imagen de la red



  

 

domingo, 11 de abril de 2021

FRAGANCIAS

 

Aquí os dejo esta entrada antigua que he recuperado de mi colaboración semanal en El poder de las letras. Espero que os guste. Muchas gracias por vuestro tiempo en leer.








Siguió la huella que le marcaba aquel rastro de embriagadores aromas, se dejó llevar como sumida bajo los efectos de algún narcótico y se internó en la frondosidad del bosque sin pensar. En su interior había una idea prefijada y no podía eludir su objetivo ni mantener la atención en nada más que no fuera  el rastro de aquella fragancia que el aire fuera dispersando. 

Su olfato se agudizó y su ser quedó  impregnado de todos los aromas, esencias desconocidas que se incrustaron en su piel y transpiraban al mismo tiempo sus poros. Fluido mágico que de entre la vegetación manaba, aromas que conformaban una extraña combinación de distintos materiales sin poder descifrar con certeza su origen y formas, textura o sabor, aunque tampoco le importaba demasiado averiguarlo, todo eso era irrelevante. Se encontraba en un estado de embeleso total y su único interés se hallaba en seguir  la estela de aquella fragancia y entregarse a la danza de sensaciones que suscitaban a su alma.

La belleza del bosque era inenarrable, lanzó un gemido maravillada a modo de exclamación al contemplar lo que la rodeaba, flores de múltiples colores, campanillas, margaritas, toda una gama de salvaje vegetación como jamás imaginara que existir pudiera. Hierbas aromáticas, romero, tomillo, salvia, hierbabuena, infinita variedad que no sabía identificar, comunión de colores y esencias. 

Sentía la sensación de haber entrado en otro estado de conciencia, que había sido transportada a otra dimensión, a un paraíso de idílica belleza. Suspiró emocionada, henchido su corazón por el puro y limpio aire que allí se respiraba. Observó las cristalinas aguas del río que calmo transcurría. Se acercó a su orilla y en el nítido espejo con asombro observó la imagen que le devolvía. Contempló su cuerpo que brillaba con luz dorada, destellos que su cuerpo envolvían haciendo que pareciera una dama de cuento de hadas. 

Fue tal la emoción que la embargaba que en una oración pidió al Universo un deseo. Quiso ser parte de la vegetación, quiso formar un todo con la luz radiante que el paisaje componía, quiso sumergirse en las aguas del río y ser habitante de su fondo, quiso ser aire puro con el que limpiar los males que asolaban el mundo, quiso ser una fragancia más de la frondosa vegetación de aquel paraíso.

Se dio cuenta inmediatamente que eran muchos los deseos que solicitaba. Tantas cosas quería ser para formar parte del paraíso en el que se hallaba que el Universo le pidió que unificara sus deseos. Resumió la solicitud y pidió con gran fervor formar parte de las aguas del río para ser nutrición y alimento de la vegetación, ser aire al mismo tiempo y expandir la gama de fragancias por todos los planetas. 

La luz que su cuerpo irradiaba se desdobló al instante de la petición formulada, una parte se sumergió en las cristalinas aguas y la otra parte se fusionó con el aire convirtiéndose en portadora de bellas fragancias.



Imagen de la red