miércoles, 23 de febrero de 2022

DIMINUTO ESLABÓN






Absorta en mis pensamientos me acomodo en brazos del silencio escuchando el sonido de mis propios latidos. Mientras la lluvia va cayendo la mente se relaja y el cuerpo cede a la cadenciosa melodía abandonándose a la placidez que induce al ensueño.

Me recojo en mi misma, me entrego al momento y observo cómo al compás de las notas fluyen instantáneas que se liberan y vuelan en el libre albedrío de la imaginación. Imágenes que se funden con la realidad deseada, desvelando entresijos de otras realidades en dimensiones donde  se percibe plena consciencia de l existencia. 

El viaje comienza, me transporto en mi nave fantasía y me elevo hacia el infinito iniciando el trayecto que me conduce  a escuchar los secretos que para mí guarda el Universo.

Surco la inmensidad del espacio abierto recreándome en la contemplación de lo etéreo. Me adentro en la sinfonía que se propaga en el cosmos, eco universal, vibración de amor que penetra en el alma depositando la huella del no-tiempo. 

La nada y el todo se funden, se agrandan las dimensiones de lo pensado y lo creado, de lo cierto y lo ficticio, se conjugan las formas de estrellas y planetas manteniendo la distancia necesaria para no colisionar entre ellos.

Reina la armonía, me hallo ante la mágica contemplación de la perfección del Universo. Testigo directo del nacimiento de una nueva estrella tras la explosión de fuego, maravillada de la supernova que forma parte de la reconstrucción, muerte y vida se producen al mismo tiempo, nada se pierde en la infinita grandeza del Universo.

La lluvia cesa y envuelta en nebulosa vuelvo de regreso despertando de la ensoñación con la convicción de ser parte de la creación, un diminuto eslabón de la inmensa cadena que al Todo nos conecta, diminuta partícula de una gran obra perfecta.  





Imagen de la red