domingo, 16 de julio de 2023

¡FELIZ 45 ANIVERSARIO, HIJO!








El acontecimiento del nacimiento de un hijo es inolvidable para una madre, ya pueden pasar los años, mientras la memoria no empiece a fallar por motivos de la misma edad ese día permanece inalterable en nuestro recuerdo. Cada detalle se recuerda con total nitidez, el feliz momento de verle la carita por primera vez, de poder acogerlo por fin entre nuestros brazos, de amamantarlo, de mantener un contacto directo después de nueve meses de gestación ansiando conocerle es algo que siempre nos acompaña. Hoy, 16 de julio, día de la virgen del Carmen hace exactamente 45 años que tuvo lugar el alumbramiento de mi primer hijo y los recuerdos de ese maravilloso y especial momento me acompañan una vez más, hoy y cada día de mi vida.

¡¡¡¡¡¡Felicidades hijo; gracias por elegirme como madre para cumplir con tu misión de vida. TE QUIERO MUCHÍSIMO!!!!!!




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martes, 11 de julio de 2023

DESPERTAR





 

Me desperté con la sensación de hallarme en un lugar remoto y al mismo tiempo conocido ¿era yo? o quién era en realidad, me sentía confundida, mi capacidad de pensar la mantenía intacta, pero presentía que algo no iba bien, algo había cambiado en mí. No tenía ni idea de cómo desperté en aquel lugar con la extraña forma que había adoptado, si se podía hablar de forma, porque mi cuerpo había mutado a un material translúcido e ingrávido que me permitía desplazarme por el aire como si fuera una delicada pluma que el viento dirige a su voluntad.


Era todo de lo más extraño, conservaba mis recuerdos últimos de la víspera de este despertar y todo fue de lo más normal a excepción del hecho de que cuando ya estaba entrando en la fase de sueño profundo escuché un susurro que no supe de dónde provenía, pero estaba ya en ese sueño en el que la fantasía suele volar a su libre albedrío, así que me dejé envolver por el dulce abrazo de Morfeo.


Estoy en un paraje donde la niebla no me permite ver nada, pero mi cuerpo ingrávido se desliza por entre la neblina como si conociera el camino, es un lugar laberíntico por el que transito guiada por esa misma intuición de reconocimiento. Sé, sin saberlo hacia dónde me dirijo y me elevo y me elevo y voy tomando altura y conciencia de lo que está ocurriendo. Ahora se hace evidente el punto de luz diminuto que hay al final de la niebla, a medida que me voy acercando la luz se hace más y más potente, brilla con mayor intensidad despejando por completo el camino.


Lo encontré, por fin lo encontré, sé que llegué a mi destino y todo cobra sentido, mi trayecto finaliza y vuelvo a ser conciencia despierta. Un nuevo despertar en el que lo aprendido se acumula para dar comienzo a un nuevo renacer.



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