Con el tiempo aprendí a cambiar la queja por la gratitud, a valorar lo más sencillo y esencial, a desechar los juicios propios y ajenos, a mirar en mi interior y descubrir que lo más valioso y esencial se halla dentro, una fuerza inmensa y poderosa capaz de vencer sin lucha todo mal. Es fuerza y es don, es... Amor.
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