¿APREMIA EL TIEMPO...?

Escondidos tras el rápido transcurrir del tiempo se parapetan los recuerdos abriéndose paso en un pulso que el mismo tiempo a la mente reta.

 Se recrean y se dispersan, se detienen y con el olvido se confabulan avivando los rescoldos que entre las cenizas se camuflan sin que el tiempo consiguiera apagar del todo.

Estallan sentimientos que impactan en miles de encontradas emociones. Unas suponen pesos pesados al revivir instantes que el alma prefiere que ocultos se mantengan sin ser exhumados los restos de la tierra en la que yacen. 

Momentos bellos, en otros casos, repletos de gozo que colmaron la vida de felicidad completa. Agazapados quedaron, guardados en el cercano cofre como reliquias indestructibles, de valor incalculable y en las noches de insomnio prevalecen intentado calmar el desvelo del alma con dosis extra de los más hermosos recuerdos. 

¿Será que el tiempo apremia o será que de repente todo se acelera sin que nada tenga que ver el tiempo? La ansiedad se apodera de la mente y dibuja carreras en el viento para atrapar los instantes que quedaron congelados en el tiempo.

 Quiere el corazón que su latido no deje de escucharse, no se marchitó del jardín la flor que se cultivó con amor a lo largo de todas las estaciones convertidas en perpetuas primaveras. 

¿Apremia el tiempo o apremia la prisa por capturar todos los mejores momentos antes de que oscurezca el día y la noche eterna los eclipse con su manto?

Imagen de la red