LLEGASTE

Llegaste cuando menos te esperaba.

 Llegaste en tiempos otoñales

 cuando los fríos en la memoria comienzan a hacer estragos, 

cuando el viento los recuerdos arrastra

 y se estremece la piel al pisar la hojarasca.

 Cuando el corazón en su latir late monotonía

 y la mirada se pierde en un horizonte cada vez más cercano.

 Llegaste en el momento en que se marchitaron todas las primaveras

y los inviernos,

  de nieves perpetuas mi cuerpo cubrían.

 Llegaste cuando todo tiempo parecía tarde,

 cuando casi no quedaban notas que escribir en el pentagrama.

 Cuando la noche de repente se interrumpía desafiando el descanso

 y la fantasmagórica forma de la soledad me cubría con su oscuro manto.

 Llegaste cuando el hueco que separa el abismo del cielo se agrandaba.

Llegaste avivando el fuego del volcán que agonizaba.

Llegaste expandiendo en mi interior emociones que creía extinguidas.

 Llegaste con un mundo de contrastes entre el calor y el frío,

 entre el dolor y la alegría, 

entre el amor y la ausencia,

entre la realidad y la fantasía.

 Llegaste con un alma entristecida.

Llegaste para ser amado y te amé y me amaste

 en un tiempo al margen del tiempo, fuera del espacio.

Llegaste alfombrando el camino de miradas repletas de mudas palabras 

 llenando con su diálogo el espacio vacío del corazón y el alma.

 Llegaste eternizando mis latidos,

 iluminando mi sentido, 

dando color a la oscuridad, 

apagando los sinsentidos, 

ahogando el grito y el llanto, 

despertando lo desconocido.

 Llegaste un día,

 en un momento en que el tiempo no nos pertenecía.

 Llegaste 

y nuestras almas hambrientas quedaron de tiempo no consumido.

Imagen de la red