Tenía que ponerse a salvo y sólo se le ocurría un lugar en el que podría hacerlo. Desde el principio intuyó que sólo cerca del mar se sentiría en paz, que la suave brisa marina le devolvería la calma y que el rumor de las olas con su acompasado vaivén la envolverían en un estado de profunda serenidad. Su alma se sentía aliviada con este pensamiento, pero al abrir los ojos y comprobar el lugar en el que se hallaba su desconcierto fue mayúsculo y la desorientó por completo. Su cuerpo yacía cubierto de una pegajosidad extraña en medio de la nada de un desértico paraje. Su aspecto era de total desaliño, de abandono, de falta de aseo en mucho tiempo, daba la impresión de haber salido de un estado de hibernación, como si hubiera estado años sin ver la luz del sol ni tener contacto con el mundo exterior.
Su mirada resbaló por su cuerpo con asombro recorriendo todas sus partes sin entender nada, era como si se viera por primera vez, como si aquél fuera el momento en que tomara consciencia de que poseía un cuerpo real, físico. No guardaba en su memoria el menor recuerdo de pasado o presente. Pensaba, eso sí, tenía esa capacidad y pensaba en cosas que daba por sentadas, como conocidas sin verlas. Estaba envuelta en un mar de confusión ¿por qué le vino al pensamiento la idea de buscar el mar, de ir hacia la costa si no sabía dónde se encontraba? ¿conocía el mar o era algo intuitivo que le hacía imaginarlo?
Volvió a sentir aquella sensación de desorientación, se sentía náufraga sin identidad ni rumbo en un lugar incierto del que no sabía ni cuándo ni cómo ni por qué había llegado. Sentía que había sido catapultada desde las entrañas de la misma tierra y lanzada con fuerza hacia el exterior. Una nueva idea atenazó su mente: si estuvo recluida en las profundidades de la tierra ¿por qué la había vomitado hacia afuera? ¿cuál era la intención? ¿sería su morada el submundo del que no sabía tampoco nada? ¿qué fuerza la expulsó de la matriz que la alimentaba?
No se sentía cómoda, la luz del exterior cegaba sus ojos, el aire le resultaba de una densidad irrespirable y sintió deseos de excavar con sus manos la tierra y volver de nuevo al interior, pero, de súbito, algo la hizo desviar la atención, algo desconocido hasta el momento, un murmullo de alegres cánticos se escuchaba en la lejanía, no adivinaba cuál era su procedencia y la curiosidad la hizo ponerse en marcha para descubrirlo. Se dio cuenta que el paisaje había experimentado un cambio súbito y lo que antes era desértico se había convertido en un auténtico y frondoso vergel. Todo lo que la rodeaba era de un verdor increíble, la vegetación era de exuberante belleza, los árboles alcanzaban alturas descomunales, tanto que no alcanzaba a ver el final de sus copas.
Caminó en dirección hacia donde le llevaba aquel hermoso sonido y en su andadura se iba deteniendo a contemplar las plantas y los animalitos con los que se iba cruzando, escuchaba el sonido alegre del canto de hermosas aves que anidaban en las copas de arboles más pequeños, eran seres bellos, pensaba extasiada. Si los pudo catalogar como bellos es que conocía ese concepto. Su mente divagaba a medida que avanzaba en el trayecto. En un recodo del camino se detuvo y se sentó sobre la hierba fresca que parecía invitarla con su aroma a dejarse caer sobre ella y fundir su cuerpo en la fragancia que emanaba.
Respiró profundamente con sumo placer, la sensación de desorientación del principio había desaparecido y sólo deseaba recrearse en aquel hermoso espectáculo. Se dio cuenta de que su aspecto iba cambiando también como lo había hecho el paisaje. Ya no se asombraba, simplemente se dejaba llevar por todas aquellas sensaciones que estaba experimentando.
Después de impregnarse de todos los aromas que le ofrecía aquel alfombrado suelo se incorporó y volvió a iniciar el camino, no sabía a dónde la llevaría, pero tampoco le importaba demasiado, simplemente fluía con lo que iba encontrando y disfrutaba de ello. Nada importaba, solo caminar y caminar y descubrir todo lo que aquel maravilloso paraíso le ofrecía.
Sonrió satisfecha al encontrar por fin lo que de alguna extraña forma sabía que existía. Ante sus ojos se abría una hermosa playa de fina arena y salió corriendo a fundirse en el mar de donde supo en aquel mismo instante que provenía. Al contacto con el agua marina su cuerpo comenzó a mutar, sus extremidades superiores se mantuvieron intactas y de cintura para abajo surgió una hermosa y plateada cola de pez. Su cuerpo de mujer se había transformado en una bella sirena, se adentró jubilosa en el mar y se sumergió en las profundidades marinas escuchando el reclamo materno, el mar era su hogar y ella era su hija.
Imagen de la red
Y es que... cuando encontramos nuestro elemento nos fundimos en él, nos sabemos parte de él y volvemos a resurgir con más fuerza y más fe en nosotras. Totalmente esperanzador, mi niña.
ResponderEliminarMil besitos con cariño para ti, y muy feliz finde ♥ mío.
Así es mi querida Auro, es como renacer con nueva energía y vitalidad para seguir avanzando. La verdad es que comencé a escribir sin saber qué saldría de esto...Creo que puede dar pie a diferentes interpretaciones, me ha encantado la tuya, corazón bello.
EliminarAbrazo inmenso con todo mi cariño. Que tengas un muy bonito comienzo de semana, preciosa.
Siempre somos un todo pero formados de pequeñas cositas. Cuando hallamos eas piezas que conjugan con nuestro puzzle, somos ya pura esencia.Y renacemos tantas veces con háitos de vida tengamos.
ResponderEliminarBello texto, Marina.
Feliz domingo.
Qué bonito o dices querida Mag!! Muy cierto lo que dices, estamos formados por por pequeñas cosa que conforman un todo, pequeñas partes de un puzzle del que formamos parte.
EliminarBella tu presencia. Un placer que te haya gustado, gracias infinitas.
Abrazos con todo cariño querida Mag.
Que tengas un muy feliz comienzo de semana.
¡Holaaa, mi entrañable trasta y amiga querida, Marina!
ResponderEliminarIntuyo que este precioso relato nos describe el proceso del despertar de la conciencia y de la realidad del Ser interior del que procedemos y al que siempre tendemos a encontrar, aunque ha estado siempre en nosotros.
De acuerdo al ciclo kármico, nos sucede lo mismo que a tu protagonista, puesto que desde el inicio o como aquí lo llamas: "estado de hibernación" vamos soltando "lastre", al animar una nueva forma física que intentará encontrar el sentido de su regreso a esta "pesada" dimensión, hasta que en este proceso infinito logre transmutar completamente su energía en otra mucho más etérea y de ahí transcienda a otras dimensiones mucho más sutiles, que viene a ser lo que al término de tu simbólico relato, le sucede a la protagonista transformada en sirena.
Un abrazo inmenso al Ser que albergas en tu interior y que nos anima a reflexionar sobre el profundo misterio de nuestra existencia. Y naturalmente mis carretones de besos intergalácticos desde todos los confines del universo.
Holaaaaa mi querida y adorable trasta!!
EliminarPues como le decía a Auro, una vez más comencé a escribir sin saber qué iba a salir...ya comienzo a pensar que hay una mano invisible que me guía y esta historia a modo de cuento fantástico bien puede ser interpretado tal y como dices, el proceso de despertar de la conciencia. Me dejas siempre sin palabras, amiga mía, tus argumentos siempre me dejan patidifusa y lo que me sale es un agradecimiento infinito porque de ellos siempre encuentro un nuevo aprendizaje.
Mi Ser te abraza a tu bello Ser y te deja un cargamento bien repleto de besos envueltos en polvo galáctico desde todos los puntos de mi universo.
Feliz comienzo de semana, alma bella.
Precioso relato Marina, me lo guardo en el recuerdo.
ResponderEliminarBesote al alma y que tengas una maravillosa semana.
Hola Paula! Pues que alegría me da que te haya gustado este relato.
EliminarMiles de gracias por tus palabras y presencia querida amiga.
Abrazos a tu hermoso Ser con todo mi cariño. Feliz comienzo de semana para ti también, preciosa.
Que relato más esperanzador Marina... Y es que a veces necesitamos mutarnos para encontrar nuestra verdadera esencia... llamémoslo renacer, una pieza de puzle que no encaja o incluso pequeños fragmentos que necesitan ser recompuestos para poder brillar en su totalidad.
ResponderEliminarEste relato es mágico, me ha encantado!
Besitos y que tengas una buena semana.
Hola Ani, cuánto me alegra que así lo sientas querida amiga. Muchas gracias por dejar tu huella con esta generosa palabras.
ResponderEliminarAbrazos con todo cariño.
Feliz semana también para ti, amiga.
Genial introducción a tu relato Marina, cuando sentimos el peligro, nuestro estado de alarma se enciende, el instinto de supervivencia nos hace resguardarnos donde creemos estar a salvo. Muchas veces, el miedo nos lleva a camuflajearnos y perdemos la noción de la realidad, de lo que somos. Pero ese camuflaje, que no es otra cosa que el resurgir de un nuevo capullo, aunque cree confusión, nos desagrade y parezca tragarse nuestra identidad, en el fondo nos ayudará a darnos el tiempo necesario de entender el proceso de transformación que cada uno debe vivir hasta redescubrirse y encontrarse con su verdadera esencia. Cada paraje de la vida se revela como nuevo, nos asombra y desorienta, así que indagamos, exploramos y experimentamos, pero en el fondo, el alma anhela lo conocido, su lugar de procedencia, y un impulso de fuerza mayor nos va llevando allá de regreso, no sin antes haber cumplido nuestro proceso de maduración evolutiva y la necesaria transformación espiritual.
ResponderEliminarMe gustó leerte querida, un texto hermoso, coherente, sabiamente reconfortante, y con muchas imágenes literarias jugosas. Y fíjate que estuvimos sintonizadas, pues tiene relación con el texto "Entre burbujas" que publiqué ese mismo día, salimos del mar y allá volveremos, el mar era su hogar y ella su hija.
La imagen de la sirena es encantadora y bella, y le haces gala con la descripción al final.
Te dejo un cálido y fuerte abrazo y que disfrutes de la semana en compañía de tus hijos y nieto. Espero que tal como me dijiste en esa P.D. en el otro blog, esta semana los puedas ver y abrazarlos.
En primer lugar te diré que estoy asombrada de lo que extraéis del texto, Harolina, como ya le comenté a Estrella, lo empecé a escribir sin saber qué iba a salir, simplemente escribía...He tenido que releer varias veces el texto para darme cuenta de que realmente hay un contenido del que se pueden sacar conclusiones o mensajes que van encaminados a ese despertar, a reencontrarnos con nuestros orígenes, con lo que somos, nuestra esencia.
EliminarTu comentario me ha impresionado, amiga mía, haces una descripción muy acertada de lo que supone la desorientación cuando vamos iniciando un camino de transformación.
Te agradezco infinitamente esta hermosa aportación que abre más luz a mi entendimiento.
Ayer pensé lo mismo cuando leí tu entrada "Entre burbujas", ambas nos dirigimos a ese posible origen que está en las aguas. Cuando la vi sonreí por dentro.
Me alegra que la imagen sea de tu agrado, esta me costó menos encontrarla jajajaj.
Gracias por tus hermosos deseos, seguro que disfrutaré muchísimo cuando pueda abrazar a mis hijos y nieto, las lágrimas van a salir como un torrente.
Un abrazo inmenso a tu maravilloso y bello Ser con todo mi cariño y gratitud. Disfruta también de lo que queda de esta semana, amiga querida.
Como un florecimiento a la vida desde la esencia misma; ese clamor de nuestras raíces que nos arrastran hacia su único propósito de Ser desde nuestra oriunda existencia…
ResponderEliminarQué belleza, preciosa amiga… Un placer leerte en esta noche…
Abrazos y cariños enormes 💙
Qué bonito lo expresas mi querida amiga!! Bello tu sentir, preciosa, me alegra que te haya gustado.
ResponderEliminarGracias infinitas por tu hermosa presencia, un placer para mí siempre estar en tu compañía.
Que tengas un muy bonito día.
Abrazos y besos infinitos con todo mi cariño, corazón bello.
Un relato esperanzador sin lugar a dudas.
ResponderEliminarMe encantó.
Besos al alma y feliz jueves.
Hola Paula, me alegra mucho que así lo sientas querida amiga.
EliminarAbrazos a tu bello Ser. Feliz jueves para ti también.
que bonito que escribes marina
ResponderEliminarque bella es tu alma poeta
Bello es tu corazón querida Mucha. Mil gracias alma generosa. Abrazos con todo mi cariño, bella.
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